El sello discográfico español Enchiriadis acaba de lanzar la primera grabación discográfica del compositor Pablo Queipo de Llano (Bilbao, 1971), inaugurando así la serie Enchiriadis-Experience, destinada a creaciones de nuestro tiempo vinculadas con la música antigua. El CD, titulado Fugas, recoge 25 Fugas a cuatro voces compuestas en estilo neo-barroco entre 2009 y 2011, interpretadas por el Ensemble Fisarchi, un cuarteto florentino dirigido por el violinista Daniele del Lungo. Queipo de Llano posee una dilatada trayectoria como musicólogo especializado en la obra de Antonio Vivaldi, y entre sus numerosos trabajos destacan varias reconstrucciones de conciertos incompletos del maestro veneciano que han sido grabadas por reputados conjuntos historicistas y editadas en los sellos Sony, Brilliant y Enchiriadis con el reconocimiento de la crítica especializada. De formación autodidacta, Pablo Queipo de Llano es autor de una larga treintena de fugas y dos colecciones de conciertos para cuerda y bajo continuo, que recrean y exploran el lenguaje musical del Barroco tardío (1700-1750 ) mediante un empleo riguroso y fidedigno de las técnicas compositivas de la época, con un especial cultivo del contrapunto y la fuga. Es miembro de Vox Sæculorum, sociedad internacional de compositores contemporáneos consagrada a la recreación de la Música Barroca y a la reivindicación del lenguaje tonal como corriente de plena vigencia en el Arte Musical Contemporáneo. Sus obras han sido estrenadas en Austria, España e Italia. Las 25 Fugas a cuatro voces que recoge el CD, originalmente compuestas para cuatro partes de cuerda y bajo continuo, han sido grabadas por el Ensemble Fisarchi empleando su peculiar y característico orgánico: dos violines, fisarmonica (acordeón) y violonchelo. Para la grabación, realizada con el criterio interpretativo historicista que corresponde a la música neo-barroca de Pablo Queipo de Llano, se han empleado instrumentos de cuerda modernos si bien tañidos con arcos barrocos con el fin de satisfacer las exigencias de fraseo, transparencia y rigor estilístico que plantea el repertorio contrapuntístico registrado. El resultado, con la peculiar aportación tímbrica del acordeón, es una lectura colorística y transparente que, en palabras del compositor, viene a subrayar la dimensión intemporal del Arte de la Fuga.
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